"Frases Eduardo Galeano"
Quien no se hace el vivo va muerto. Estás obligado a ser
jodedor o jodido, mentidor o mentido. Tiempo del qué me importa, el qué le vas
a hacer, el no te metás, el sálvese quien pueda. Tiempo de los tramposos: la
producción no rinde, la creación no sirve, el trabajo no vale. En el Río de la
Plata, llamamos 'bobo' al corazón. Y no porque se enamora: lo llamamos 'bobo'
por lo mucho que trabaja.
Si un libro se puede leer impunemente, no vale la pena
tomarse el trabajo. Cuando los libros están de veras vivos, respiran; y uno se
los pone al oído y les siente la respiración y sus palabras son contagiosas,
peligrosamente, cariñosamente contagiosas…
El mundo se divide, sobre todo, entre indignos e
indignados, y ya sabrá cada quien de qué lado quiere o puede estar...
El hambre desayuna miedo. El miedo al silencio aturde las
calles. El miedo amenaza: Si usted ama, tendrá sida. Si fuma, tendrá cáncer. Si
respira, tendrá contaminación. Si bebe, tendrá accidentes. Si come, tendrá
colesterol. Si habla, tendrá desempleo. Si camina, tendrá violencia. Si piensa,
tendrá angustia. Si duda, tendrá locura. Si siente, tendrá soledad.
Quien no está preso de la necesidad, está preso del
miedo: unos no duermen por la ansiedad de tener las cosas que no tienen, y
otros no duermen por el pánico de perder las cosas que tienen...
A diferencia de la solidaridad, que es horizontal y se
ejerce de igual a igual, la caridad se practica de arriba-abajo, humilla a
quien la recibe y jamás altera ni un poquito las relaciones de poder.
La violencia engendra violencia, como se sabe; pero
también engendra ganancias para la industria de la violencia, que la vende como
espectáculo y la convierte en objeto de consumo.
No hay guerra agresiva que no diga ser guerra defensiva.
Hitler invadió Polonia para evitar que Polonia invadiera Alemania. Bush invadió
Irak para evitar que Irak invadiera el mundo.
Pobres contra pobres, como de costumbre: la pobreza es
una manta demasiado corta, y cada cual tira para su lado.
Quien no tiene miedo al hambre tiene miedo a la comida.
Los automovilistas tienen miedo de caminar y los peatones tienen miedo de ser
atropellados.
El catecismo me enseñó, en la infancia, a hacer el bien
por conveniencia y a no hacer el mal por miedo. Dios me ofrecía castigos y
recompensas, me amenazaba con el infierno y me prometía el cielo; y yo temía y
creía.
Mientras dura la mala racha, pierdo todo. Se me caen las cosas
de los bolsillos y de la memoria: pierdo llaves, lapiceras, dinero, documentos,
nombres, caras, palabras. Yo no sé si será gualicho de alguien que me quiere
mal y me piensa peor, o pura casualidad, pero a veces el bajón demora en irse y
yo ando de pérdida en pérdida, pierdo lo que encuentro, no encuentro lo que
busco, y siento mucho miedo de que se me caiga la vida en alguna distracción.
Como Dios, el capitalismo tiene la mejor opinión sobre sí
mismo, y no duda de su propia eternidad.
¿Tenemos todo prohibido, salvo cruzarnos de brazos? La
pobreza no está escrita en los astros; el subdesarrollo no es el fruto de un
oscuro designio de Dios.
La historia es un profeta con la mirada vuelta hacia
atrás: por lo que fue, y contra lo que fue, anuncia lo que será.
Día tras día, se niega a los niños el derecho de ser
niños.
Los hechos, que se
burlan de ese derecho, imparten sus enseñanzas en la vida cotidiana.
El mundo trata a
los niños ricos como si fueran dinero, para que se acostumbren a actuar como el
dinero actúa.
El mundo trata a los niños pobres como si fueran basura,
para que se conviertan en basura.
Y a los del medio,
a los niños que no son ni ricos ni pobres, los tienen atados a las patas del
televisor, para que desde temprano acepten, como destino la vida prisionera.
Mucha magia y mucha suerte tienen los niños que consiguen
ser niños.
Ya no sabemos si
somos obras maestras de dios o chistes malos del diablo.
...Nosotros, los humanitos: los exterminadores de todo,
los cazadores del prójimo, los creadores de la bomba atómica, la bomba de
hidrógeno y la bomba de neutrones, que es la más saludable de todas porque
liquida a las personas pero deja intactas las cosas, los únicos animales que
inventan máquinas, los únicos que viven al servicio de las máquinas que
inventan, los únicos que devoran su casa, los únicos que envenenan el agua que
les da de beber y la tierra que les da de comer, los únicos capaces de alquilarse
o venderse y de alquilar o vender a sus semejantes, los únicos que matan por
placer, los únicos que torturan, los únicos que violan. Y también... los únicos
que ríen, los únicos que sueñan despiertos, los que hacen seda de la baba del
gusano, los que convierten la basura en hermosura, los que descubren colores
que el arco iris no conoce, los que dan nuevas músicas a las voces del mundo y
crean palabras, para que no sean mudas la realidad ni su memoria.